Bicske, Hungría. Numerosos migrantes se negaron a bajar de un tren en Hungría que los llevaría a la frontera con Austria. El tren fue detenido por las autoridades para que los pasajeros fueran llevados a un campamento de refugiados.
Muchos de ellos permanecieron en el tren, gritando “¡Alemania!”, “SOS”, y “No camp”, a pesar de que la policía húngara intentó embarcarlos en autobuses con destino a un campamento de refugiados. El tren había salido de Budapest con unos 200 migrantes.
Cientos de inmigrantes dejaron Budapest a bordo de un tren en dirección a la frontera con Austria, después de vivir dos días de caos que dejaron en evidencia las fisuras del sistema de asilo europeo.
Cansados y confundidos, los migrantes abordaron a un tren hacia la ciudad fronteriza húngara de Sopron, aferrándose a puertas y subiendo a sus niños a través de las ventanas.
Los trenes en dirección a Viena y Alemania fueron cancelados, lo que no deja claro cuál será la próxima parada para los expatriados, muchos de cuales buscan obtener el estatus de refugiados de los conflictos que asolan a Medio Oriente.
Durante sus viajes por mar y tierra, miles de personas han muerto en la peor crisis de inmigración desde la Segunda Guerra Mundial.
Unión Europea hasta su punto de quiebre, generando divisiones entre las 28 naciones del bloque y ayudando a fortalecer a los grupos populistas de derecha.
Algunos de los países más influyentes de la Unión Europea han sido Alemania, que planea aceptar 800 mil refugiados este año, y Gran Bretaña que inició un programa para permitir la entrada de sirios que ha aceptado apenas a 216 personas. Han tomado posturas profundamente opuestas sobre cómo recibir a los migrantes.
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